La calma regresa a mi
y no soporto su beso tranquilo
el borroso amanecer me conlleva
a reclamar a la virgen que freno mi paso
que sano y curo.
Que se hecho a la mar de un presente
como humo liviano, alejado, espiritual.
Infinitos horizontes multicolores
se abren en mi mente como fruto impalpable y voraz
que me sujeta a la felicidad
Ese sueño hecho realidad me deja quieto
¿como despertar de un sueño real?
¿Es acaso lo mismo o es lo mismo?
La figura fugaz abrazada por aquel árbol me atrae por inercia,
Por una línea exotérica que hila mi manto junto al suyo.
Me deja perplejo con ganas de ella eternamente, un conjuro dulce, de fresa, de la inocencia hecha cadencia en mi pecho, abrazando mi recuerdo.
Algo perenne que dejándome huérfano sube al cenit para tal vez observarla ya que por los aires vuela. Su negativo en la noche en que las estrellas estaban en el suelo, en que conquistaba mi gusto uno por uno, en la que la melodía hundía su pico en pecho
lunes, 7 de junio de 2010
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