No olvides que una vez tu fuiste sol no olvides ni la tapia ni el laurel no dejes de asombrarte al asistir a un nuevo nacimiento en tu jardín. No pierdas una ventana no entregues tus mañanas de aguaceros y juegos ni desentierres tesoros, viejos. No ocultes lo que ayer se te ofreció no escondas ni la pena ni el dolor no dejes que una nube diga adiós, no saltes en pedazos, no ocultes tu diamante, no entregues tu perfecto amanecer ni tus estrellas, ni tu arena, ni tu mar ni tu incansable caminar, vete de nuevo hasta el arroyo donde esta tu mejor canto. Y ve, cálmale la sed a tus enormes prados no permitas que se pierda tu cosecha hoy que hasta la lluvia fiel no te ha escuchado y busca tu raíz Y dale la caricia a la que siempre espera la única manera de hacerla que vuelva a ofrecerte frutos hasta en el invierno y no olvides que una vez, tu fuiste sol Y ve, desata esos diques de corrientes presas déjate llevar y vuelve a ser jinete baja hasta tus valles de palomas sueltas que este es tu país Donde están tus riendas donde esta tu espuma donde abandonaste tu camino entonces donde naufragaste haz crecer mil rosas, y no olvides que una vez tu fuiste sol.

viernes, 28 de octubre de 2011

Fragmento de Farewell, Pablo Neruda

Amo el amor que se reparte
en besos, lecho y pan.
Amor que puede ser eterno
y puede ser fugaz.
Amor que quiere libertarse
para volver a amar.
Amor divinizado que se acerca
Amor divinizado que se va.

Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
y hacia donde camines llevarás mi dolor.
Fui tuyo, fuiste mía. Qué más? Juntos hicimos
un recodo en la ruta donde el amor pasó.
Fui tuyo, fuiste mía. Tu serás del que te ame,
del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.

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